Como empresa especializada en mudanzas de oficinas en Madrid somos perfectamente conscientes de que todo traslado implica cierto nivel de estrés. Pero, ¿qué pasa si a las cajas, maletas y demás bultos de toda la familia sumamos una mascota? ¿Un perro o gato que siente y padece y que deberá sufrir lo menos posible el vaivén de la mudanza? Vamos a ver una serie de consejos para encarar este tipo de situaciones.
Lo primero que tenemos que tener en mente es que las mascotas son animales de costumbres y que, por lo tanto, cambiarse de casa les descoloca. Cuando nos pongamos a organizar la mudanza, los objetos de nuestro animal de compañía mascota cobrarán especial importancia. Nos referimos a la cama, los juguetes, el transportín o el collar. De hecho, el transportín puede ayudarnos mucho en el curso del traslado, siempre y cuando el animal lo acepte de buen grado.
En Gufertrans te recordamos que hay que tener en cuenta varios factores. Por ejemplo, el tamaño de la casa, si hay o no ascensor o si el barrio al que nos vayamos a mudar tiene zonas verdes. En todo caso hay que respetar el ritmo del animal, sus hábitos, y hacer que asimile el cambio poco a poco. Otro consejo a tener en cuenta es, unos días antes del traslado definitivo, ir a la nueva casa con la mascota y dejarla allí durante cortos espacios de tiempo para que se vaya familiarizando con el nuevo entorno. Aunque haya estancias que luego no vaya a poder pisar, déjale que las olisquee todas y respeta siempre sus tiempos de exploración. Estos momentos son esenciales para una buena adaptación posterior. Esas primeras visitas también puedes aprovecharlas para que el animal conozca nuevos lugares como el veterinario, las tiendas, el parque si es un perro, etc. En estos casos, el refuerzo positivo también puede ser de ayuda. Si el animal establece desde el principio una asociación positiva con la nueva casa ya tendrás mucho ganado para cuando te mudes. También es muy importante elegir bien el sitio a colocar sus cosas, su cama, su comida….