Una mudanza puede convertirse en un verdadero quebradero de cabeza, y como especialistas en mudanzas de oficinas en Madrid somos conscientes de que, a veces, pueden ocurrir accidentes y algún objeto puede verse dañado. ¿Qué ocurre en estos casos? ¿Cómo se valoran estos daños?
Contratar a los profesionales adecuados
A la hora de realizar una mudanza, el primer paso será el de contratar a una empresa legal con los permisos y licencias correspondientes. A partir de ahí, en el contrato de mudanzas debe quedar plasmado lo que ocurriría en el caso de existir algún daño o pérdida durante el servicio.
Cómo actuar en caso de daño
Lo más adecuado a la hora de actuar en el momento en el que se percibe algún daño en los objetos que se van a trasladar, es dejar claro, desde el principio, cuáles son aquellos objetos que tienen cierta fragilidad. Además, también es importante tener imágenes del estado de los objetos antes de la mudanza y comprobarlos una vez que se reciben. De esta forma, si hay algún daño, será posible reclamar a la empresa transportista para que se haga cargo.
La compañía de mudanzas propondrá en este caso una compensación por los daños o la reparación de los mismos. Esto puede variar dependiendo de los costes que implique la reparación de los bienes dañados, de modo que el seguro de la empresa es el que realizaría en este momento un cálculo de la posible indemnización.
Hay que tener en cuenta, que las empresas de mudanzas están obligadas a tener un seguro de responsabilidad civil, que es el encargado de cubrir los desperfectos que puedan cambiar el valor o el uso de nuestros muebles y objetos a transportar.
Qué hacer en caso de pérdida
En una mudanza, otro de los principales problemas que pueden surgir es la pérdida de un objeto, sobre todo cuando se trata de un transporte que se alarga durante varios días. En este caso, al igual que ocurre con los daños, desde Gufertrans recomendamos notificar la incidencia rápidamente para poder realizar la reclamación pertinente. Así, la firma de mudanzas deberá tratar de localizar los objetos que se han perdido, y, si no los encuentra, notificar al seguro para poder compensar al cliente por ello.