Está claro que las mudanzas de hogar en Madrid son una de las situaciones más estresantes en la vida doméstica de las personas. Pero, ¿qué pasa con los animales? Nosotros partimos con la ventaja de conocer la situación pero ellos no. Por eso tenemos que hacer todo lo posible para minimizar el estrés que puedan padecer nuestras mascotas.
Tu perro o gato se estresa porque todo lo que conocía desaparece de repente. Hablamos de los olores o de los sonidos del vecindario. De un momento a otro, tu mascota se encuentra en un entorno que le será desconocido. Por eso es clave anticiparse al cambio para evitar el desconcierto y el consecuente estrés en las mascotas. Se trata más que nada de que la transición entre la casa vieja y la nueva no sea demasiado brusca. Dicho de otro modo, que se haga de forma progresiva.
Si la mudanza no implica cambiar de ciudad, es recomendable pasear con el perro por el nuevo barrio unos días antes de la mudanza en sí. Es la forma de que se empiece a familiarizar con la calle, con los nuevos olores, con el nuevo entorno en general. Cuando los operarios de Gufertrans acaben de descargar todas tus pertenencias y ya te vayas a trasladar de forma definitiva, es aconsejable coger al perro y dar un largo paseo para que descargue sus energías. Es bueno ir poco a poco recorriendo las distintas habitaciones de la nueva casa, para que las conozca y las vaya olfateando. Condúcelo hasta el lugar donde vaya a comer, beber y dormir en su cama de siempre.
Date cuenta de que la mudanza con mascotas puede ser muy traumática. Los animales se encontrarán con cajas por todos lados, desconocidos entrando y saliendo, etc. Por eso es tan importante mantener las rutinas y horarios del perro. Mantener siempre una actitud positiva para no estresar más de la cuenta a los animales de compañía. Por último, no te olvides del collar con la placa identificativa por si, entre el caos de la mudanza y desconcertado por el nuevo hogar, tu perro se llega a escapar.
GENIAL!! GENTE QUE SE PREOCUPA Y MERECE LA PENA
¡Gracias por leernos, Paolo!